Friday, April 10, 2009

Punto y aparte

Te deseo tanto que estoy llorando. Escribo, deseándote, y unas lágrimas como piedras blandas caen sobre mi mesa de trabajo, impías, impasibles cual llanto ajeno, la dádiva que alguna plañidera ascentral me cede movida por la compasión.
Lloro porque sé por qué lloro. Me siento embrutecida y derrotada, aterradoramente lúcida, impotente para sofrenar las riendas de este chaparrón dócil y orondo que, tengo la certidumbre, no traerá consigo un próximo arco iris.
Desapercibida de cuanto me rodea los interrogantes atropellan buscando con torpeza alguna respuesta esclarecedora.

Susana Guzner

0 comments: