Mi día me ha llevado por toda la ciudad, y en cada baldosa de cada calle, de cada plaza, en cada rincón de cada local me han gritado cada uno de los recuerdos que allí yacen.
Las apariciones se han ido aproximando a través de destellos premonitorios y preocupantes casualidades. Restos ectoplasmáticos de nosotros mismos aún imitan nuestras formas y todavía tienen en sus labios nuestras palabras. Nunca se desvanecerán del todo. Seguirán ahí, en cada uno de los ahís, aquís y allás en los que estuvimos, por los que pasamos y compartimos.
En aquella esquina aún me llamas, y me seguirás llamando por toda la eternidad. Y si logro sintonizar bien la frecuencia en la que esa parte de ti quedó en aquel momento suspendida en el aire, esta vez quizá pueda responderte.
Monday, April 30, 2007
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