"Y entonces que-me, y entonces que-mo"
Y entonces que me empezó a hablar la tía de su chica, de mi chica, de quien debería haber sido mi chica.
Como si yo fuera idiota o retrasada, o una bruja que no se preocupara por nada ni nadie más que de sí misma. "Es que a Bea hay que cuidarla."
Hay que cuidarla, me dice la so mema de Andrea. ¿Acaso yo no la he cuidado desde que la conozco, mucho antes que tú, que fui yo quien te la presentó?
"No, ella era la que te cuidaba a ti, tú te cuidabas de descuidarla, atarla sin apretar y apretarla sin atar, darle tan poco tan justo que se pasara la vida queriéndote olvidar y no pudiendo."
¡Serás zorra! ¡Serás roba...!
"¿Roba... roba qué? ¿Roba-novias? ¿Roba-amigas? ¿Roba-amores? ¿Qué es lo que era para ti?, dime."
Gracias a ti no es nada, ahora sólo una frustración.
"¿Gracias a *mí*, Carla? ¿Cómo te atreves a decir eso? Gracias a *mí*, *tú* has dejado de ser una frustración para *ella*. No tenías ni idea, ni idea de lo que hacías, bien poco te preocupaba. Y bien que sabías lo que ella quería y haría."
Eso no es verdad, Bea nunca me decía claro ni que...
"Ni que nada, Carla. Lo sabías perfectamente. Y también el daño que hacías con tus "contradicciones con intención". Le dejabas ver que no debía dar un paso y después dabas a entender que lo estabas esperando. Pero no de ella, pensaba Bea."
Eso no es así, yo nunca le di a entender que yo la quisiera. Yo no podía...
"Entonces, ¿de qué te quejas? Ya *no tienes* que hacerlo."
Tuesday, July 05, 2005
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
0 comments:
Post a Comment