Una situación común. Puede que haya estado aquí unas mil veces ya. De repente, un gran revuelo.
No había duda, había llegado el momento. Iba a pasar, aunque aún no sabía cómo ni me importaba. Pero estaba cerca, podía sentirlo. Había llegado la hora de encontrarnos, iba a aparecer por fin. Y ya no valdrían excusas para no ser feliz.
Y realmente pasó. Aunque había un pero. Uno de esos que se justifican ellos solos y al tener toda la razón de ser del mundo, y con esos ojos, se comprenden y se perdonan.
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Ésta se me quedó en la cabeza como el revuelo que la creó. Porque todas las grandes revelaciones las anuncia un gran revuelo.
Es algo normal que en un lugar público se oigan ruidos, la gente hable, se superpongan conversaciones y se cree un "runrrún" de fondo.
Pero esto no era para nada normal. Estaba pensando en ella, de refilón, como quien se acuerda de aquella compañera de la guardería, ¿cómo se llamaba?, cuando el runrrún se transformó en revuelo, que empezó a subir y a subir hasta que no oía nada más que ruido. No distinguía ninguna palabra, sólo oía voces, tonos, susurros, sin entender nada. Reparé en las miradas posadas en mí, que se retiraban con recelo mal disimulado. Entonces empecé a distinguir los "Lo sabe", "...muy pronto" que llegaban a mi cabeza como ideas más que con palabras concretas.
Creo que fue entonces, en ese preciso momento, cuando empecé a hacer caso de mis intuiciones. Porque intuí que tan fácil como esa imagen había llegado a mi mente se borraría. De la misma forma que intuía que alguien o algo me chafaría hoy el día.
Thursday, June 02, 2005
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